Tipo: Pasta blanda, corteza enmohecida
Materia Grasa: No definido
Maduración: De 15 a 20 días
Aspereza: Suave
Vino: Braida Langhe Bianco Il Fiore (D.O. Langhe)
País de origen: Italia
Región: Cuneo (Piamonte)
Notas: Este queso lo elabora el Caseificio la Bottera en la localidad de Riforano una aldea que es parte del municipio de Morozzo, en la provincia de Cuneo, en la región de Piamonte. En una fértil y frondosa llanura, situado entre las colinas de las Langhe y el extremo declinar de las laderas de la alta montaña Alpina de Bisalta, resguardada y protegida por los relieves, tranquila y silenciosa, está situada esta quesería. Aquí, el tiempo parece haberse detenido. Como era hace cien años, sólo usan la densa y cremosa leche de sus animales, seleccionados entre los mejores y alimentados con ricas hierbas de los pastos de estas zonas, frescas y puras en verano, y que luego una vez seca, se convierte en aromático heno en invierno, y es justo esa fragancia inconfundible que produce la leche rica y abundante que es tan importante en el arte de la fabricación de queso.
Queso madurado con corteza
blanca ligeramente enmohecida, elaborado con mezcla de leches pasteurizadas de
vaca, de cabra, y de oveja, con trozos de pera y champiñones salteados. Cada
queso pesa unos 200 gr. Y se mantiene durante 35 días. Este queso ya fue
producido por antiguos agricultores de la zona hace muchas décadas, ahora lo
producen exactamente como solía hacerse, con esa receta antigua y tradicional,
pero igualmente válida e interesante, con esa combinación de pasado y presente
de aromas y sabores.
El Bulé presenta una pasta de
textura suave y sedosa de color amarillo paja, dulce y lechosa, ofrece sabores
con notas a setas, delicados y armoniosos y ricos aromas. La corteza comestible
de color blanco es delicada pero lo suficientemente resistente para proteger su
interior.
Los sabores son simples,
directos y delicados, no son abiertamente complejos como lo puedan ser en los
quesos más madurados, tengamos en cuenta que el Bulé sólo madura unas dos
semanas.
Si todos los quesos es
importante consumirlos a temperatura ambiente, en este es imprescindible, si
quiere saborear toda su fragancia de matices.
Su textura cremosa - casi como la mantequilla - lo convierte
en el complemento perfecto para disfrutar de él con un buen pan crujiente, con
frutas y nueces. En bocadillos. Para enriquecer sopas. A la plancha sobre pan o
para ligar salsas. Lo maridaremos con un vino blanco de la zona, como por
ejemplo un Chardonnay.
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