El Queijo Coalho (también llamado como Queijo de coalho) es un queso pasteurizado muy típico de la cocina brasileña de la Región Nordeste de Brasil. Se elabora con leche fermentada de vaca. Posee un sabor ligeramente salado, y de textura es blando. Suele considerarse como un aperitivo muy barato y popular en algunas playas de Brasil. Se comercializa en tiras rectangulares con sabor a orégano o ajo, suele comerse en los Kebab «Queijo coalho! Queijo na brasa!» («queso sobre las brasas») es el grito incesante de los vendedores callejeros.
El proceso de fabricación del queso de coalho se basa en la coagulación de la leche durante el prensado y durante la saladura de la masa. Para obtener un producto de calidad no son necesarias grandes inversiones en equipos, lo que hace que el queso Coalho sea una buena opción económica para los pequeños productores. A pesar de ser simple, el proceso paulatinamente cada día es más perfecto en los cuidados con la calidad del producto, para satisfacción del consumidor.
Algunas granjas persisten con un proceso aún muy rudimentario, en general fabrican el queso sólo para consumo doméstico, y en otras, sin embargo, el control de calidad empieza con la elección de las vacas, su ordeñe, la evaluación de grado de acidez del producto, su pasteurización y, finalmente, el embalaje, el transporte y la distribución del producto.
Organismos del gobierno, el Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas (Sebrae), centros de investigaciones y empresarios pernambucanos están luchando por el reconocimiento de este tipo de queso como legítimamente brasileño y, más específicamente, pernambucano. Los líderes del movimiento argumentan su destaque en la región y lo comparan con el queso parmesano, por ejemplo, que es reconocido por la comunidad internacional como el queso de Parma, en Italia.
El queso de coalho, con el que a lo mejor os encontráis en vuestro viaje por Brasil, es un tipo de queso de consistencia sólida, que no se derrite con facilidad, y que se consume asado en una brocheta. A pesar del calor, los vendedores del queso circulan por las playas con sus braseros portátiles improvisados para preparar un queso allí donde surge el cliente.
El queso se consume típicamente asado o frito, en parrilladas o platos típicos. Puede servirse con inhame, macaxeira, pan, cuzcuz, pamonha, goiabada y miel de caña de azúcar. También es usado como relleno de tapioca o pastel frito. Es de presencia obligatoria en todas las mesas del nordeste del país.
Fuentes consultadas: Maria do Carmo Andrade, Bibliotecaria de Fundação Joaquim Nabuco