La Bouse
El queso La Bouse lo elabora Peter Glauser en su quesería Oberhünigen, situada en el valle Emmental una región bien conocida gracias al queso del mismo nombre, el valle es ideal para el pastoreo de las vacas Simmental que producen la leche para este queso, junto con el encanto de este paisaje hermoso y verde con sus colinas, prados y picos cubiertos de bosques. Este valle se conoce como la isla verde de Suiza, lo que no deja de ser una suerte de inmodesta redundancia, dado el verdor de todo el país.
Este queso se comercializa bajo la marca Jumi que es quien lo madura en sus bodegas. Se trata de un cremoso queso de leche cruda de vacas, sin ensilaje, es decir que se alimentan durante los meses de primavera y verano de la mejor hierba fresca que está disponible en los prados de la zona. Esta leche se enriquece añadiéndole crema del día anterior lo que asegura que él La Bouse consigue un carácter extremadamente cremoso y llegue a ser considerado un queso doble crema (Para alcanzar el contenido de grasa necesaria para ser considerado un doble crema (ha de tener al menos el 60 por ciento de grasa en la materia seca – el queso menos el agua), el quesero tiene que complementar la leche de la vaca con crema o nata). Como ya hemos dicho, estamos ante un queso intensamente cremoso, poseedor de una pasta interior de fusión suave que se derrite en la boca. Tienen una bonita corteza enmohecida blanca y comestible, que emite un agradable olor de mantequilla. El sabor es agradablemente láctico y ligeramente amargo, con una leve salinidad, pero logrando un buen equilibrio final, gracias a la dulzura de la nata añadida. El queso debe su nombre a un aprendiz al que se le cayó el queso. Cuando este aterrizó en el suelo su visión era una reminiscencia de los excrementos de vaca, la traducción literal de “La Bouse” es estiércol. A pesar de su nombre poco agraciado el queso es muy recomendable. El queso se comercializa en forma de pequeñas ruedas de 180 g. Se puede disfrutar de él con un buen pan crujiente, con frutas y nueces. En bocadillos. Para enriquecer sopas. A la plancha sobre pan o para ligar salsas. Con este tipo de quesos, con alto contenido de grasa, se aconseja un vino blanco, tipo Alsacia Riesling.