Boer’n Trots Honing Koe Knoflook Truffel
El queso pertenece a la gama Boer’n Trots, producida en Landgoed Kaamps, situada en el pueblecito de Deurningen (provincia de Overijssel, región de Twente, Países Bajos). Es un negocio familiar que combina ganadería, producción lechera y elaboración de queso de manera integrada.
El origen de la explotación se remonta a generaciones. El actual titular, Herbert Nijland (y su familia), transformó la granja en una unidad que desde 1985 incluye una quesería propia.
El ganado (aproximadamente 280 vacas) se cría con especial atención a su bienestar: por ejemplo, las vacas pueden decidir cuándo salir al pasto, tienen camas especiales y cepillos de masaje. Esto, según la empresa, repercute positivamente en la calidad de la leche que luego se convierte en queso.
Más allá de la producción lechera y quesera, Landgoed Kaamps también actúa como “experiencia agrícola”: ofrece visitas, talleres, tienda de productos, brasserie y otras actividades para familias, escolares o grupos.
En cuanto a sostenibilidad, la quesería declara compromisos concretos: reducción de fertilizantes (mediante siembra de trébol que mejora el pasto), instalación de paneles solares y el aprovechamiento del gas producido a partir del estiércol para lograr autosuficiencia energética.
Su gama de quesos incluye la línea Boer’n Trots, elaborada con la leche de sus propias vacas y con tratamientos especiales de maduración: lavado con miel o caramelo y uso de cultivos de montaña (bergkaas‑cultuur) para aportar carácter.
Esta variedad concreta se describe como una “kruidenspecialiteit” (especialidad con hierbas), elaborada con leche pasteurizada de vaca. Durante la producción se incorporan varios ingredientes: miel, ajo, trufa, además de aceitunas negras, tomate y orégano. Tras el moldeado, la corteza del queso se lava con una mezcla de miel, lo que, junto con la miel añadida al cuajo, produce una nota dulce en el perfil de sabor.
El Boer’n Trots Honing Koe Knoflook Truffel, un queso estilo Gouda curado durante casi tres meses, tiene una pasta semiblanda y cremosa, con buena elasticidad y textura suave en boca. La corteza lavada con miel le otorga un carácter distintivo, con un color ligeramente dorado o ámbar.
Su sabor combina dulzor (gracias a la miel) con notas intensas de ajo y trufa, lo que le da un “toque italiano” dentro del estilo holandés y lo convierte en un queso de perfil bastante rico y de intensidad media-alta.
Este queso es ideal para una tabla donde se busque un “factor sorpresa”, gracias a sus ingredientes gourmet. También se puede usar rallado o en finas láminas sobre platos que admitan un queso con trufa y ajo, como pasta sencilla, risotto, o acompañado de vinos que puedan seguir su intensidad sin opacarlo, por ejemplo un blanco bien estructurado o un tinto suave.
Dado el toque de ajo y trufa, combina bien con acompañamientos relativamente neutros: pan artesanal, frutas secas o miel, que ayudan a equilibrar la complejidad del queso.
Foto: Que Sera Sera
