El Zénit
El Zénit es un queso elaborado por “La Zarcillera” una quesería familiar que nace de la tradición de una familia arraigada en la ganadería de explotación caprina, con más de diecisiete años de actividad y en la elaboración de queso artesanal con una receta que se ha ido transmitido a través de tres generaciones.
La Zarcillera esta compuesta por cinco personas, de las cuales cuatro de ellas son de la familia Pérez-Muelas, Alfonso, Antonio, Antonia y Marisa, ellos ordeñan sus propias cabras murciano-granadinas cada día. Su leche pasa directamente a la cuba de su quesería sin ningún otro proceso previo y cumpliendo con todos los estándares de calidad y seguridad alimentaria.
El lugar donde se encuentran está impregnado de sus quesos. Su quesería, que cumple con las normativas españolas y europea en materia de sanidad, está situada a los pies de la Sierra del Almirez, en Zarcilla de Ramos, un pueblo situado en la zona de las Pedanías altas, perteneciente al municipio de Lorca en la Región de Murcia. Se trata de un lugar privilegiado con un clima perfecto y un entorno único para elaborar, madurar y degustar sus quesos artesanales de cabra.
¿Por qué decimos que sus quesos son artesanales? Porque trabajan con cariño, con las manos, sin prisa y prestando atención a todos los detalles, sólo de esta forma pueden hacer un queso artesanal tan delicioso como este Zénit.
Según la Academia de la lengua española, «Zénit es el punto culminante o momento de apogeo de alguien o algo», en este caso seguramente se refiere al queso.
El queso Zénit es el resultado de una elaboración artesanal cuidada al detalle. Hecho con leche de cruda cabra de alta calidad, este queso de pasta semicocida refleja el respeto por la tradición quesera y la búsqueda constante de excelencia. Su textura y sabor únicos lo convierten en una experiencia irrepetible para los paladares más exigentes.
Conseguir este queso curado de cabra, es lo que pasa cuando dejas que las cabras de raza murciano granadina pasteen felices por la Región de Murcia, con el sol en la cara y la mejor hierba bajo los pies. La leche cruda que dan es de las mejores, y se nota en cada bocado. Aquí no hay prisas: durante seis meses, se mima con volteos y cepillados diarios, hasta llegar a su punto álgido, el auténtico ‘Zénit’ del sabor.
Cuando lo cortas, te recibe con una textura firme, pero con esa cremosidad que te hace querer más. Su sabor es como un buen vino: intenso, complejo y con un toque de rebeldía que te engancha. No es un queso para todo el mundo, es para los que buscan algo con carácter, algo que hable por sí mismo.
Llevado a temperatura ambiente, disfruta del Zénit en tablas de quesos acompañado de frutos secos y miel, o como el ingrediente estrella en tus platos gourmet. Su versatilidad y carácter lo convierten en una elección ideal para cualquier ocasión. Acompáñalo con un buen vino tinto joven o, una cerveza artesana.