Brique Albigeoise
El término «queso albigense» se refiere a varios quesos producidos en la zona de Albi, en el departamento de Tarn. Entre ellos se encuentran esta Brique Albigeoise, un queso láctico de leche cruda de cabra, elaborado por la quesería «Ségalafrom» en Carmaux, una localidad francesa, situada en el departamento de Tarn y en la región de Occitania.
La quesería Ségalafrom fue creada en la población de Carmaux el año 2005 por el Sr. Etevenon, agricultor de origen, que siguió la misma filosofía que la quesería Le Pic: favorecer la calidad de la dieta de las cabras, elaborar quesos de leche cruda según la tradición de la granja, incluyendo el imprescindible Bouyguette, manteniendo la buena relación con empleados y clientes basado en la confianza y la cordialidad.
En 2015, los hermanos Remond, responsables de la Fromagerie du Pic, asumieron la dirección de Ségalafrom, manteniendo el mismo rumbo que su fundador.
Su nombre «Brique» hace referencia a su forma de ladrillo (en francés, brique = ladrillo), y «Albigeoise» a su origen geográfico.
La Brique Albigeoise es un queso artesanal de leche entera cruda de cabra y de coagulación láctica. Su pasta es blanda, pero puede volverse más firme con la maduración.
Su color es blanco, a veces incluso marfil. Cremosa cuando es joven, más seca y concentrada con el tiempo. Su corteza es natural, a menudo recubierta con moho blanco (tipo geotrichum), que puede volverse ligeramente arrugada o desarrollar tonos azulados o grises al madurar.
Su aroma es moderado a fuerte, dependiendo del tiempo de afinado.
Su sabor es suave y láctico al inicio, con notas de avellana, hierba fresca y un toque caprino más marcado a medida que envejece.
El corazón se mantiene bastante fresco mientras que puede aparecer un borde cremoso en la superficie.
Suele madurar durante unas 2 a 4 semanas.
Como ya he comentado, tiene forma de ladrillo rectangular, con una medida de largo de aproximadamente 14 cm, de ancho 5,5 cm y 3 cm de alto, con un peso neto envasado de 250g.
Puede comerse joven (fresco) o afinado (más curado), dependiendo del gusto del consumidor.
Su forma rectangular lo hace ideal para tostas, tapas o fundido sobre pan rústico y maridado con vino blanco seco, como un Sauvignon Blanc o un vino local de Gaillac. También combina bien con cervezas rubias artesanales por su textura cremosa.