Camembêle

Este delicioso queso fermier (artesanal de granja), elaborado con leche cruda de oveja, nace de la pasión de la Ferme de l’Épine Blanche. Se trata de una pequeña explotación familiar ecológica situada en Baguet, en el municipio de Druelle-Balsac, a tan solo 10 minutos de Rodez. La lidera Alexis Cadars, junto con su compañera Julie Fau, empleada a tiempo completo en la granja.
Su pasión por la agricultura tradicional y las ovejas los llevó en 2020 a comenzar a transformar directamente en la granja la leche de su rebaño de ovejas Lacaune, elaborando quesos artesanales de gran calidad. La explotación está certificada en agricultura ecológica desde 2006, fiel a un enfoque campesino equilibrado entre la tierra y el ganado.
Tras formarse como Técnico Superior en Análisis, Gestión y Estrategia de la Empresa Agraria y acumular diversas experiencias laborales, Alexis creó en 2019 su propia explotación de ovejas lecheras. Un año después diversificó la producción con la elaboración de quesos en la finca. En 2023, su padre Thierry se unió al proyecto, mientras que Julie aportó impulso al desarrollo de la quesería. También colaboran Yannick (mediante un agrupamiento de empleadores) y Rémi, reforzando así el carácter familiar y comunitario de la aventura.
Las ovejas pastan al aire libre unos ocho meses al año, en parcelas diseñadas con setos y árboles que ofrecen sombra y protegen el entorno natural.
De la granja salen delicias como el Pérail Pâturin, la Petite Tomme Prunelle, el P’tit Marcel, el Caractère, el Onctueux, quesos blancos, faisselle, las versiones Grand y P’tit Gourmand, y, por supuesto, el Camembêle.
El Camembêle es un queso de pasta blanda producido con leche cruda de oveja Lacaune. Tiene una textura suave y fundente, con una maduración de unas tres semanas. Su sabor es delicado y lácteo, con matices característicos de este tipo de queso de oveja.
Aunque su nombre recuerda al Camembert tradicional, el Camembêle está hecho exclusivamente con leche de oveja, lo que le confiere una personalidad propia, distinta tanto de los Camemberts de vaca como de otras variantes ovinas, como el Camembertiz Bertizarana.
El nombre es también un guiño humorístico: “Camem-” evoca al Camembert, mientras que “-bêle” alude al verbo francés bêler, que significa balar, recordándonos que está elaborado con leche de oveja.
Conviene degustarlo ligeramente atemperado, sacándolo del frigorífico unos 30 minutos antes de servirlo para que sus aromas se expresen en plenitud.
En la mesa, resulta perfecto con pan rústico de corteza crujiente, que contrasta con su untuosidad, o con pan de nueces y cereales, que añaden notas tostadas y dulces. También armoniza de maravilla con mermeladas de higo, cebolla confitada o frutos rojos, logrando un equilibrio dulce-salado.
Y, para elevar la experiencia, nada mejor que acompañarlo con un Champagne brut o un Crémant de Limoux: las burbujas limpian el paladar y realzan la cremosidad de este singular queso de oveja.