El Calderí
Este queso lo elabora la quesería Caterí, Cuinant Formatges, ubicada en Calders, un municipio de la comarca del Moianès, en la provincia de Barcelona, comunidad autónoma de Cataluña, España.
El elaborador responsable es Nicolau Torra Juanola, quien proviene del ámbito culinario y se ha volcado en la producción de quesos.
Sin embargo, no se ha alejado del todo de la gastronomía: sigue vinculado a las cocinas, la restauración y los cocineros… pero ahora desde otra perspectiva: ¡Cocinando Quesos!
Trabajan con leche de proximidad, leche cruda de cabra, lo que aporta autenticidad y carácter local.
La quesería está situada en una sierra donde, por el sur, les llegan los aires del Montcau, y por el norte se disfrutan unas vistas privilegiadas de toda la cordillera del Pirineo, desde el Canigó hasta más allá del Pedraforca.
Su casa de pueblo data de finales del siglo XVII y conserva las bodegas originales, construidas con losas extraídas de sedimentos del río Calders. Estas losas aún conservan, en su interior, restos de vegetación atrapados durante su proceso de secado.
Las bodegas cuentan con aportes de aire exterior, lo que confiere a los quesos características únicas, transmitiéndoles los aromas de sus prados y bosques: una auténtica representación de su territorio.
El Calderí es un queso artesano de leche cruda de cabra, de pasta blanda y coagulación láctica, madurado durante 25 días en bodegas naturales.
Al ser una cuajada láctica, no tiene prensado ni una curación prolongada; por lo tanto, es un queso tierno, de textura suave, ligeramente húmedo, fresco y con carácter marcado de la leche de cabra más que de la maduración.
Su sabor es suave, con notas frescas de leche de cabra y un ligero toque ácido propio del proceso láctico, con menor intensidad del “picante” que aparece en los quesos más envejecidos.
El queso tiene una cuidada presentación: envuelto en un papel especial alimentario y colocado dentro de una cajita de fina lámina de madera, ofreciendo un aspecto visual elegante y sofisticado.
Para acompañarlo, lo ideal es realzar su frescura sin enmascarar su personalidad: panes suaves y ligeramente tostados, miel clara de romero o azahar, frutas frescas como uvas o higos, y frutos secos ligeros como nueces tiernas o almendras tostadas. Entre las bebidas, armoniza especialmente con vinos blancos jóvenes y aromáticos, o con cavas brut nature, cuya burbuja fina y acidez equilibrada complementan perfectamente sus matices.