Abr 13, 2020

Flor de Prados

Leche: Cabra
Tipo: Pasta semi-blanda, corteza natural con mohos
Denominación de Origen: No
Materia grasa: No definido
Maduración: De 2 a 3 meses
Aspereza: Suave a media
Vino: Majuelo del Chiviritero (D.O. Castilla y León)
País de origen: España
Región: León (Castilla y León)

Este queso lo elabora Javier Barrera de Lácteos SieteLobas situado en Ardón un municipio de la comarca del Páramo Leonés, provincia de León, comunidad autónoma de Castilla y León.
Además de adorar el queso, Javier también es amante de las buenas historias y leyendas, y de ahí el nombre de su proyecto, que homenajea el romance de La loba parda, una fábula de siete lobas que atacan un rebaño de ovejas, con un final muy canalla en el que una de las lobas sufre las consecuencias de un mundo, el del pastoreo, donde este animal es el enemigo.
«Una historia de pastores y que emociona a mucha gente no por el cuento en sí, sino porque ya la habían escuchado de boca de sus abuelos, y les conmueve el recuerdo», declara el quesero.
Y así, respetando los cantos de los ancianos y su sabiduría, imitando formas de hacer pastoriles usadas en el pasado, con métodos de maduración elementales y las tres materias primas esenciales leche, madera y tierra, Javier dota de un presente sabroso a quienes quieren deleitarse con sus quesos.
Una buena quesería debe tener una buena cava de afinado, pues en ella es donde la leche puede expresar su máximo potencial y lograr la excelencia. En este caso, la quesería dispone de un espacio subterráneo excavado a mano en la roca hace casi dos siglos. Son las condiciones ideales de frescor, humedad y oscuridad para una lenta evolución bioquímica y el desarrollo de los mohos naturales benignos que acompañan a este queso.
El Flor de Prados es un queso artesano semicurado graso, elaborado con leche cruda de cabra del ordeño diario de una pequeña granja familiar cercana. La pasta es semiblanda, brillante y de color blanco. Puede contar cerca de su superficie con una presencia errática de venitas azules de Penicilium que evidencian su carácter auténticamente artesano y afinado natural. Se desmiga al corte y tiene ojos irregularmente repartidos y de pequeño tamaño.
El ambiente de la cueva genera una corteza enmohecida salvaje y natural con un atractivo velo florido de hongos de diversos colores que simulan un jardín: blanco, rojo, amarillo mimosa, gris violeta. Todos los mohos son comestibles y muy sabrosos.
Es un queso de granja suave, de sabor completo que nos evoca principalmente al Reino fungi (setas como champiñones o boletus) pero también resultan sabores más frescos, como a hierbas, flores y frutos secos.
Este queso se elabora y comercializa con leche de cabra y de oveja, ambos en forma de pequeño tambor o canasta de 12 cm de diámetro y 8 cm de altura con un peso aproximado de 500 gramos la pieza entera
Es importante consumir el queso a temperatura ambiente, si quiere saborear toda su fragancia de matices.
Ideal para comer solo, acompañado de un buen pan artesano junto con frutos secos crudos (almendras, avellanas) o con fruta fresca semidulce o ligeramente acida. Confitura de higos. Acompaña especialmente bien con vinos blancos aromáticos de la tierra o con una cerveza tostada y de alta fermentación.

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