Saint Jeanvrin

El Saint Jeanvrin es una pequeña joya quesera del Berry. Se trata de un queso blando, de corteza enmohecida, elaborado en la Fromagerie d’Orval, en el departamento de Cher, en pleno corazón del Centro-Valle de Loira.
La quesería, fundada con espíritu artesanal y adquirida en 2020 por el grupo Fromagerie Jacquin, ha sabido mantener un delicado equilibrio entre tradición y modernidad. Con un equipo de unas 30 personas y una facturación cercana a los 6 millones de euros, sigue fiel a su saber hacer. Su producto más emblemático, la Fromagée du Berry, continúa elaborándose à la louche —a mano, con cucharón—, utilizando leche fresca de explotaciones cercanas, lo que refuerza su estrecho vínculo con el territorio.
Aunque integrada hoy en una estructura mayor, la Fromagerie d’Orval conserva la esencia que la ha hecho reconocida: quesos de vaca y de cabra, de carácter fresco, auténtico y ligado al terroir, con un enfoque en la calidad y la proximidad. Su desafío actual es mantener esa autenticidad en un mercado lácteo cada vez más competitivo y exigente.
El Saint Jeanvrin se elabora con leche pasteurizada de vaca y se presenta envuelto en una hoja de castaño, un detalle distintivo que le aporta una fragancia herbal y un aire rústico irresistible. Al retirar la hoja, se descubre una pasta cremosa, untuosa y delicada, con notas lácteas frescas y un sutil recuerdo afrutado. La hoja no es solo estética: ayuda a mantener la humedad natural del queso, preservando su suavidad y evitando que se reseque.
Con una maduración de entre dos y tres semanas, desarrolla su característica corteza florida y un sabor equilibrado, suave pero con matices que invitan a degustarlo lentamente. Su formato cilíndrico, de 9,5 cm de diámetro, 3,5 cm de altura y unos 200 g de peso, lo convierte en un queso perfecto para compartir.
El Saint Jeanvrin despliega todo su encanto a temperatura ambiente. Una vez retirada la hoja de castaño, basta cortarlo en pequeñas porciones para colocarlo en una tabla de quesos, acompañado de panes de masa madre o crujientes crackers.
En cuanto al maridaje, brilla junto a vinos blancos ligeros y aromáticos, o con tintos jóvenes de taninos suaves. Combina de maravilla con uvas, peras, frutos secos, miel o mermeladas delicadas. En cocina, puede ser protagonista de ensaladas frescas, sándwiches gourmet o tostadas gratinadas, siempre con un cuidado especial: no someterlo a demasiado calor, para preservar esa textura cremosa y untuosa que lo hace único.
Un queso de terroir que encarna, en cada bocado, la delicadeza y la autenticidad del Berry.