Dic 31, 2018

Tomme de Monsieur Séguin

Leche: Vaca y cabra
Tipo: Pasta semiblanda, corteza lavada y cepillada
Denominación de Origen: No
Materia grasa: 48%
Maduración: Mínimo 50 días
Aspereza: Suave
Vino: Batlliu Biu Riesling (D.O. Costers del Segre)
País de origen: Canadá
Región: Quebec

Queso producido por Fritz Kaiser, un quesero de origen suizo instalado en Quebec desde 1975. Su formación proviene de la tradición siguiendo los métodos aprendidos en su país natal. Fue de los pioneros en la fabricación del queso «Raclette» en Canadá.
En 1980, el Sr. Kaiser comienza la transformación de la leche de la manada de la granja familiar. Así nació la quesería a la que le da su nombre. En 1985 se construye una nueva quesería, las instalaciones son ampliadas cinco veces desde entonces hasta la actualidad. La quesería, situada en Noyan en Montérégie, a dos pasos de la frontera del estado de Nueva York, está especializada en quesos de corteza lavada, corteza florecida y corteza mixta. Con la intención expresa de mantener la tradición, los quesos Fritz Kaiser se siguen produciendo manualmente y madurándose cuidadosamente en sus bodegas sobre tablones de madera. El Tomme de Monsieur Séguín es un delicioso queso madurado en superficie durante más de seis semanas, este queso semiduro de corteza lavada y frotada se elabora con una mezcla de 50% de leche de vaca y 50% de leche de cabra pasteurizadas. En realidad se hace con una mezcla de dos quesos de la propia quesería, combina la cremosidad de la leche de vaca del Noyan con el sabor distintivo de la leche de cabra del Tomme du Haut Richelieu. Debajo de la corteza marrón anaranjada y ligeramente húmeda se presenta una pasta de color crema flexible y untuosa. En nariz, tiene un ligero aroma a setas y sotobosque. En boca, su sabor nos revela notas de almendras tostadas con un toque de caramelo, con un final dulce de cabra. Este queso lleva el nombre de un cuento clásico francés sobre una cabra, “La cabra del señor Seguin”, el famoso personaje de los cuentos de Alphonse Daudet. Combínalo con miel e higos, o con frutos secos (especialmente con los tostados), cortado en láminas finas en la ensalada… o bien disfrutarlo solo. Como el resto de quesos, recomiendo consumirlo a temperatura ambiente porque el frío esconde gran parte de sus aromas y sabores. Sírvalo con un vino blanco como Riesling o una pinta de sidra helada.

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