Tourelle Lochoise
La Tourelle Lochoise pertenece a la gama de la Fromagerie Fréval, marca históricamente ligada a la familia Fréval y a las recetas tradicionales de la zona de Loches. Sin embargo, su producción actual se realiza en la Ferme de la Biche, dirigida desde 2023 por Sébastien Duboc, quien ha retomado y desarrollado especialidades locales como la Tourelle, la Couronne Lochoise y la Toiture Lochoise. Así, mientras la identidad y el recetario siguen asociados a Fréval, la elaboración práctica —moldeado, salado, afinado o cenizado— se lleva a cabo en la Ferme de la Biche bajo la supervisión de Duboc.
Situada en Betz-le-Château (Indre y Loira), la Ferme de la Biche es una quesería centrada en el queso de cabra artesanal. Tras su reapertura, orientó su actividad a la producción de piezas de alta calidad elaboradas con leche fresca transformada a diario. Además de conservar recetas tradicionales, impulsa nuevas creaciones y apuesta por un enfoque sostenible y abierto al público, con visitas, tienda y equipamientos energéticos renovables.
Por su parte, la Fromagerie Fréval representa la vertiente histórica y comercial de estas elaboraciones. Su colaboración con la Ferme de la Biche permite unir la tradición familiar con la etapa técnica y creativa impulsada por Duboc, preservando el terruño y las prácticas artesanales mientras adapta sus quesos al mercado actual.
El nombre Tourelle Lochoise —“tourelle” (pequeña torre) y “Lochoise” (relativo a la ciudad medieval de Loches)— evoca las torres y castillos típicos de la región. Se elabora con leche de cabra entera termizada, un proceso suave que conserva gran parte del carácter láctico. Su forma es una pequeña torrecilla o cono bajo redondeado, de unos 80 g. La pasta es marfil-blanco, homogénea y semidura, lo bastante firme para mantener la forma pero cremosa al paladar. La corteza es muy fina, ligeramente vermiculada o moteada, de color claro.
En cuanto al perfil organoléptico, Tourelle Lochoise destaca por aromas caprinos típicos de Touraine —cabra fresca, leche, notas terrosas de terruño— con matices lácticos suaves. Su textura es tersa y delicada, con sabor lácteo auténtico, ligero y un final sutil, con un toque de dulzura natural.
Se disfruta mejor a temperatura ambiente, acompañada de panes artesanales, baguette o crackers, y frutas frescas o secas como higos, uvas o nueces. En la cocina, se puede usar en ensaladas templadas, tartaletas o gratinados ligeros. Combina excelente con vinos blancos jóvenes o afrutados, como Sauvignon Blanc de Loire, o rosados ligeros, así como con cervezas suaves y sidras de manzana, que equilibran su carácter lácteo sin sobrecargar el paladar.
