La Brique Le Caillaou d’Escanecrabe
La Brique Le Caillaou d’Escanecrabe es un queso artesanal elaborado por la Ferme des Hounts, ubicada en el pintoresco pueblo de Escanecrabe (Alto Garona, Occitania), sobre una ladera orientada al sur frente a los Pirineos. Esta ubicación en pleno paisaje rural del Comminges proporciona un entorno natural ideal para la cría de animales y la producción de quesos de alta calidad. La explotación, iniciada hace décadas por la familia Baudriller, se ha convertido en un referente local por su autenticidad, su compromiso con la tradición y la excelencia artesanal.
El corazón de la quesería es la producción directa en la granja, transformando la leche cruda de su rebaño de cabras Saanen y, en menor medida, de vacas procedentes de explotaciones vecinas. La transformación completa —desde la cría y alimentación de los animales hasta el ordeño y el afinado del queso— garantiza un producto fermier bajo control total. La granja también ha adoptado la producción ecológica como parte de su compromiso con la sostenibilidad y el respeto al entorno, asegurando que cada queso refleje la pureza de sus pastos y la calidad de sus animales.
La gama de quesos de la Ferme des Hounts va de pasta blanda a prensada, destacando entre ellos Le Caillaou d’Escanecrabe, su queso emblemático. Esta “brique” de cabra, con afinado mínimo de quince días, presenta una textura suave, firme y fundente. Su sabor evoluciona según la maduración: joven es fresco, ligeramente ácido y lácteo; más maduro ofrece aromas más intensos, textura cremosa y un carácter pleno, sin llegar a la agresividad de los quesos muy curados. Se trata de un producto estacional, elaborado de marzo a octubre, respetando el ciclo natural de cría de las cabras y aprovechando los pastos en su momento de máxima concentración de aromas.
En la mesa, La Brique Le Caillaou es extremadamente versátil. Se disfruta a temperatura ambiente acompañada de pan rústico, frutos secos, miel o frutas frescas como higos, uvas o peras, y también puede incorporarse en ensaladas templadas, verduras asadas, tartas saladas o bruschettas, aportando cremosidad sin perder su identidad. Para maridar, combina a la perfección con vinos blancos secos y afrutados como Sauvignon Blanc, Jurançon sec o Côtes de Gascogne, rosados secos, blancos con ligera crianza, cervezas suaves o sidras naturales, ofreciendo una experiencia gastronómica tanto tradicional como creativa.
