Le Lingot Bons Mayennais

Queso elaborado por la Fromagerie Vaubernier situada en el corazón de la campiña de Mayenne.
La historia comienza en 1912 en Martigné-sur-Mayenne. Es aquí donde Albert Le Masne de Brons elaboró sus primeros quesos tradicionales con leche de las granjas vecinas.
En los años 30, René y su hijo Stanislas de Vaubernier, y luego el matrimonio Drezen, Alphonse y Léontine, tomaron sucesivamente las riendas de la empresa. También fue en esta época cuando tomó el nombre de la empresa: Vaubernier.
Su hijo, Jean Drezen, los acompañó en la gestión de la quesería. Se convirtió en director, junto con su esposa Claire, en 1983. Ellos, a su vez, transmitieron el negocio a sus hijas Marie-Françoise y Catherine Drezen, quienes lo dirigen hoy y representan la tercera generación.
Actualmente recolectan 100 millones de litros de leche cada año y utilizan todo su conocimiento para elaborar sus quesos tiernos y mantequillas. Esta quesería es hoy uno de los últimos productores independientes de Camembert en Francia y están orgullosos de ello. Pero no todo se limita a estos quesos con denominación de origen protegida, también elaboran toda una gama de quesos blandos como este Lingot, bajo la marca “Bons Mayennais”.
Un queso que nace de la pasión de sus queseros. Con leche recogida exclusivamente en el corazón de la campiña de Mayenne, a menos de 40 km de la quesería. Comprometidos con su región, recogen la leche fresca de sus 210 ganaderos, algunos de los cuales llevan más de 50 años haciéndolo. Esos ganaderos dejan a sus vacas pastando una media de 6 meses al año, ¡porque un buen queso empieza por una buena leche!
El Lingot Bons Mayennais es un queso de leche pasteurizada de vaca, de forma rectangular, es un queso blando con una textura fundente y un carácter fuerte.
Su fina corteza de color ámbar, su pasta fundente de color marfil y su sabor fino y distintivo seducirán a los amantes de los quesos tradicionales. Sus aromas sutiles y delicados evolucionan hacia sabores más intensos a lo largo de su maduración.
Esta pequeña delicia se ha ganado el reconocimiento de los profesionales al ganar varios premios en el Concours Général Agricole por su calidad gustativa.
Es importante comer este queso a temperatura ambiente para degustar mejor su riqueza de sabores, una vez conseguida, es fantástico untado sobre una crujiente rebanada de pan. Se empareja perfectamente con frutos secos (almendras, avellanas), acompañado con mermeladas, tartas y miel. En cocina funde muy bien, por lo que también, es ideal en ensaladas y sopas. Marida especialmente bien con un Chenin Blanc de la zona.