El mercado ecuatoriano de quesos es muy dinámico; de acuerdo con las investigaciones de Pulso Ecuador, un 84,3% de los hogares urbanos de las principales 15 ciudades consumen regularmente este producto; esto representa algo más de un millón de hogares. Indudablemente, el mercado más dinámico es el del queso fresco; su tradición y precio son factores decisivos a la hora de elegirlo. La variedad mozzarella y los quesos maduros son también predilectos por una gran cantidad de ecuatorianos; aunque, el precio de estos productos hace que su consumo se concentre mayormente en los hogares de altos ingresos. En el Ecuador urbano, mensualmente se consumen 1,36 millones de kilos de queso de todas las variedades, lo que representa un mercado económico muy importante.
El Aroque es un queso de pasta dura a semi-dura, de corteza natural, de 100 % leche de oveja alimentadas solo de pasto, producido en Ecuador. En la provincia de Tungurahua, Cantón Píllaro. En América del Sur. Elaborado por Mauricio Vasconez, en su quesería Aroque ubicada en Ambato. Mauricio era antiguamente criador de ganado de leche de vacas de la raza Parda Suiza y en la actualidad maneja un rebaño de 300 ovejas East Freisian para la producción de leche. Píllaro es la puerta de entrada a los Andes Ecuatorianos en especial al Parque Nacional Llanganates, lugar de mucha historia y misticismo desde la época de los Incas. Es por esto que el nombre “Aroque” significa altar del Dios rayo o trueno, en el idioma Quechua nativo de los Incas. A una altitud de 3.500 metros sobre el nivel del mar, las ovejas pastan libremente deleitándose de una mezcla de raigrás (lolium), trébol y pastos naturales, está sana alimentación, proporciona una deliciosa leche que repercute al final en unos ricos quesos con aromas florales y herbáceos. Por ser un clima frio, de mucha humedad y nubosidad, es el lugar perfecto para una larga maduración del queso, al mantener temperaturas constantes durante todo el año. El queso Aroque se elabora en cuatro variedades distintas según su maduración; el fresco con una semana de maduración, de mucha cremosidad, de pasta blanda e intenso color blanco; El semi-curado de 3 meses en cava de maduración un poco más compacto, más intenso en olor y sabor pero todavía muy cremoso; El Maduro con 6 meses de maduración de pasta dura, fuerte de sabor más granuloso y con olores exquisitos; El Añejo de 12 meses de maduración, arenoso y duro, con sabores fuertes algo picantes y salados. Es importante comer este queso a temperatura ambiente, si quiere saborear toda su fragancia de matices. Una vez llevado a la temperatura adecuada, disfruté de este queso según la variedad escogida, con un buen pan crujiente, con frutas y nueces, en sándwiches, para enriquecer sopas y para espesar salsas. Se recomienda acompañar de un vino tinto ecuatoriano tipo Reserva con añejamiento en Roble.

Parte de la Fuente: Mauricio Vasconez