St. Nuage

El St. Nuage es un pequeño queso de vaca procedente de un productor de Borgoña donde el queso refleja el terruño de la zona, conocida por los vinos y un componente mineral agradable en el queso. Ese es su inicio, pero terminara madurando en las cuevas de Hervé Mons un reconocido maestro “affineur”.
Las cuevas de Mons, tienen una temperatura y humedad optima para lograr que los quesos envejezcan adecuadamente para lograr el objetivo que se pretende, es en realidad, la segunda transformación de un queso. Sin el medio ambiente y el cuidado apropiados casi todos los días, el queso se puede dañar fácilmente en las primeras etapas de desarrollo. Los afinadores como Hervé Mons compran los quesos jóvenes a los queseros y los maduran, siguiendo de cerca su evolución, cuidándolos y mimándolos hasta que el “affineur” considera que el queso está listo para su comercialización. El St. Nuage es un queso de leche pasteurizada de vaca, triple crema, de corteza enmohecida que realmente encarna el significado de su nombre “nuage” (nube en español). Es ligero, esponjoso y aireado pero aún sumamente mantecoso y decadente. Para ser considerado un triple crema (ha de tener al menos el 75 por ciento de grasa en la materia seca – el queso menos el agua), por lo que el quesero tiene que complementar la leche de la vaca mediante la adición de crema o nata extra. Este queso es algo especial. Cuando está perfectamente maduro presenta una pasta increíblemente suave que se derrite en la boca y que básicamente rezuma cuando se lleva a temperatura ambiente. El St. Nuage tiene una maravillosa gama de texturas que nos gustaría poder encontrar en más quesos. El sabor es suave pero intensamente mantecoso y rico, lechoso, un poco picante, con toques de setas, un buen equilibrio de sal, no presenta el más mínimo rastro deamoniaco.Si todos los quesos es importante consumirlos a temperatura ambiente, en este es imprescindible, si quiere saborear toda su fragancia de matices. El St. Nuage es un queso sumamente versátil tanto se puede combinar con alimentos dulces como salados. Untado sobre una rebanada de pan tostado con mantequilla y ajo asado es divino. Acompañado de frutos secos (almendras, nueces). Con miel o mermelada de cerezas o moras. El suave sabor del queso se empareja muy bien con vinos espumosos y ligeramente ácidos.