Mar 28, 2021

Coração em Brasa

Leche: Cabra
Tipo: Pasta blanda, corteza enmohecida y cubierta con carbón
Denominación de Origen: No
Materia grasa: No definido
Maduración: Unos 30 días
Aspereza: Fuerte
Vino: Pacífico Clara - cerveza lager mexicana
País de origen: Brasil
Región: Joanópolis (São Paulo)

Este queso lo elabora Heloísa Collins, propietaria de Capril do Bosque quesería situada en Joanópolis. Se trata de una pequeña granja familiar en el interior de São Paulo, a sólo 120 km de la capital. En los últimos 10 años, el Capril del Bosque se ha construido una reputación y hoy en día es una referencia nacional en el arte de los quesos de cabra artesanales.
Los quesos fueron desarrollados a lo largo de 40 años, desde que Heloísa vino a Joanópolis para darse a sí misma y a su familia fines de semana lejos de una agitada vida académica en São Paulo. Actualmente la quesería tiene la más variada y famosa gama de quesos de cabra de Brasil. Son totalmente naturales y cubren un amplio repertorio de sabores, colores y texturas. Algunos se inspiran en quesos famosos de otros países, otros son quesos de autor.
El Capril do Bosque es hoy un negocio rural ligado al turismo de experiencia, ya que fue planeado y preparado para ofrecer a los turistas diferentes atractivos que apelan a todos los sentidos.
Los miembros de la familia actúan personalmente en los diferentes segmentos del negocio, con la ayuda de un pequeño equipo local: Heloísa trabaja con 4 personas en la quesería, su hija, Juliana Collins tiene un equipo de 4 en el restaurante, y Víctor Collins el hijo menor, tiene la ayuda de una persona para cuidar de las cabras, y también organiza paseos a caballo y en carruaje.
El Coração em Brasa (corazón en brasas) es un queso de leche pasteurizada de cabra, curado con mohos blancos, ligeramente prensado, sobre una capa de carbón vegetal y relleno con una fina capa de mezcla de chiles mexicanos (habanera, chipotle y cayena). Tiene una textura cremosa y un sabor fuerte y picante que debe comerse con la corteza. Para los que no estamos habituados al picante, quizás lo encontraremos algo excesivo.
Algunos lo adoran. Otros no lo soportan. El toque especial del picante en un alimento, en este caso, un queso, no suele dejar indiferente a quienes lo comen. Y tampoco a sus cuerpos. En realidad, el picante no es un sabor. No lo captamos con el sentido del gusto sino con los receptores del dolor, llamados nociceptores, que son los que reaccionan al calor intenso o las abrasiones.
De todas formas, no se asusten, este queso no pica tanto como para no comerlo, yo aconsejo probarlo, puesto que la fina capa de chiles es muy escasa, y no cubre el sabor láctico del queso, eso sí, con moderación.
Presentado en piezas redondas planas de 160g.
Es aconsejable y en este caso imprescindible, dejar atemperar el queso hasta llevarlo a la temperatura ambiente, para poder disfrutar de todos sus matices de sabor.
Queda muy bien con frutas frescas y dulces, untado en una tostada acompañado de mermeladas, jaleas o miel. Pondrá una nota original en una tabla de quesos, eso sí, servido al final. Excelente armonía con buenas cervezas claras.

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