Heidi Farm Raclette
Frank Marchand, un suizo con sólida experiencia en los métodos de elaboración tradicionales de su país, se trasladó a Tasmania en la década de los setenta, contratado por Lactos. Como tantos otros, se enamoró del país y decidió quedarse. En 1985, con su rebaño de 100 vacas Friesian, fundó la Heidi Farm, donde elabora los quesos de su niñez: el Tilsit, el Gruyère y este Raclette.
Frank Marchand adaptó la receta del Raclette suizo tradicional con mucho éxito y ha ganado numerosos premios nacionales. Bajo la corteza de color teja, pegajosa y un poco maloliente, debido a los lavados y cepillados que se le hacen durante la maduración, surge un interior maleable y cremoso de perfume intenso, con una mezcla de sabores a granja y hierba y un punto de dulzor. El queso se comercializa en forma de ruedas planas de 30 cm. de diámetro por 7 cm. de altura y un peso de 4 kg. Delicioso en una tabla de quesos, también puede asarlo al estilo tradicional en una parrilla caliente. Sírvalo con patatas con unas cuantas lonchas de beicon, charcutería variada, y pepinillos y cebollitas en vinagre (que ayudarán a facilitar la digestión). Tampoco está de más acompañar la raclette con unos cuencos de ensalada verde, verduras, o con diferentes pescados (salmón, gambas, etc). Lo acompañaremos de un vino blanco australiano de uvas Chardonnay.
Foto: The Food Pornographer